Los objetivos no cambian, pero las herramientas para alcanzarlos se vuelven cada vez más precisas. Sorprenden y entusiasman al hombre de campo. Se tornan a la vez más sencillas de utilizar y su costo se hace accesible.
El empresario del agro apunta desde siempre a conquistar los techos de producción y optimizar el uso de los recursos disponibles, sin poner en riesgo la sustentabilidad de su campo. Para eso, desde hace unos años cuenta con un aliado clave: la agricultura de precisión, que aprovecha las herramientas de la agricultura digital.
Aunque suenan parecido, y se las suele confundir, se trata de cosas distintas. Para entender esta diferencia - y también sus puntos en común - definamos cada una y profundicemos en sus alcances y particularidades.
Primero, ¿qué es la agricultura digital?
La agricultura digital involucra un conjunto de tecnologías que ayudan a monitorear de cerca las actividades rurales, como el software y los dispositivos responsables de recolectar y procesar datos sobre el campo. Lleva a tomar decisiones estratégicas con parámetros de lote automatizados e información veraz en tiempo real.
Esta disciplina incluye la geolocalización merced al GPS (Sistema de Posicionamiento Global por Satélites), el análisis de datos mediante Big Data, el uso de inteligencia artificial y la inserción de dispositivos con conectividad (Internet de las Cosas) en máquinas y herramientas, haciéndolas cada vez más interconectadas entre sí, entre otras opciones.
Con estas herramientas no solo es posible comprender las necesidades reales de un lote, sino también obtener una mayor eficiencia y asegurar la sostenibilidad del proceso productivo a largo plazo. Desde luego, este universo de opciones depende del correcto manejo de las herramientas citadas, para lo cual siempre es posible recurrir a profesionales capacitados.
Y, ¿qué es la agricultura de precisión?
Mientras tanto, la agricultura de precisión es una parte muy importante de la agricultura digital. Utiliza las capas de información o datos que están asociados a una coordenada o un punto GPS sobre el terreno. Hablamos de un sistema de gestión agrícola que considera las particularidades de cada segmento de la propiedad.
Nació con los primeros mapas surgidos de los monitores de rendimiento y la estrategia de utilización de insumos a tasa variable. Su aplicación se intensificó con la mejora del GPS, que permitió la instalación de receptores en sembradoras, cosechadoras y pulverizadoras, asociando datos de productividad y uso de insumos con coordenadas geográficas gracias a la ayuda del satélite.
Los datos georreferenciados se obtienen con herramientas agrícolas digitales, como mapas, imágenes satelitales, fotografías, sensores y cámaras, así como hardware y software que contribuyen al seguimiento del cultivo. Se procesan luego a través de dispositivos y plataformas digitales.
Esta tecnología marca el final de la aplicación de insumos de modo homogéneo, para darle a cada punto del lote estrictamente lo que necesita en función de su potencial. Se cae finalmente en el uso preciso de semillas, herbicidas y fertilizantes, y se evitan así costos innecesarios. El resultado global mejora sobremanera.
Aplicaciones y alcances de la agricultura de precisión
La remotización alcanza a cuanto equipo se mueve en el campo. En este sentido, las sembradoras y pulverizadoras se han puesto a la par de las cosechadoras. No es raro ver una estación meteorológica ultrasónica en los barrales de una autopropulsada.
Tanto el operario como el dueño del equipo y el propietario del lote pueden observar en tiempo real cómo van variando las condiciones ambientales y con qué tipo de regulación se está trabajando (pastillas, caudal, etc.).
Permite calcular un índice de calidad de aplicación, que a su vez está gobernado por parámetros como la evaporación y la deriva. Por caso, se puede decidir desde la oficina y en función del porcentaje de deriva, cambiar la pastilla para producir gotas un poco más gruesas. Es decir, corregir los errores en tiempo real, un gran avance. Todo esto está volcado en una plataforma.
Paralelamente tenemos aplicaciones selectivas de herbicidas; al cabo de tres o cuatro años vamos a estar utilizando el 15% del producto químico que habitualmente se consume, lo que además tiene impacto sobre el ambiente. Lo mismo para la fertilización variable.
Mientras tanto, esta tecnología se va volviendo más amigable. Las grandes cosechadoras son verdaderos robots y no es complicado manejarlas; las fábricas invierten cada vez más en automatización y electrónica.
Estos ejemplos de la agricultura de precisión nos muestran que sus aplicaciones son capaces de generar mucha información. El tema que sigue es saber qué hacer con ella. Hay que aprender a procesarla y con todas las plataformas disponibles se puede transformar esta información en decisiones, incluso en tiempo real. Y es posible pensar en la trazabilidad del producto, que algún día llevará a agregar valor.
Seguimiento, control y calidad
Los beneficios de la agricultura de precisión, así como de lo digital en general, no solo se relacionan al uso localizado de insumos, sino que también ayudan a mejorar el seguimiento del campo y el control del proceso productivo en su conjunto.
Por caso, FieldView, la plataforma digital de Bayer, ofrece una gran variedad de herramientas al productor, como generar mapas de labores de siembra, pulverización y cosecha, agregar marcaciones georreferenciadas en puntos de interés dentro de los mapas, aportar notificaciones que advierten al productor en caso de alguna variabilidad en el desarrollo del cultivo, ayudar en la preparación de prescripciones de semillas y fertilizantes a tasa variable, entre otras características que contribuyen al manejo del día a día.
Con esta infinidad de recursos, los productores pueden cruzar información sobre la historia de sus campos, como fechas de siembra y productos utilizados en el control de plagas, malezas y enfermedades, para tomar decisiones sobre qué insumos deben adquirirse en la próxima campaña.
Y para el cultivo que está en curso aún es posible, mediante el uso de estos recursos, corregir errores durante los trabajos de sembradoras, pulverizadoras y cosechadoras.
Esto demuestra, de manera práctica, cómo se usa la agricultura de precisión, al igual que la digital, y sus datos recopilados por los dispositivos, que ayudan a hacer las operaciones más eficientes cada día.
Fuente: FieldView
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