Ante el cambio climático y la necesidad de una producción sostenible, tanto en lo ambiental como para la seguridad alimentaria, está surgiendo una oportunidad en medio de esas crisis: las prácticas agropecuarias regenerativas ofrecen una forma de mejorar la productividad y los ingresos de los productores mientras contribuyen con el cuidado del ambiente.
Cada vez son más los que se convencen sobre el potencial de mejorar el equilibrio entre los resultados de productividad y la protección del suelo, satisfaciendo las necesidades tanto de la sociedad como de los agricultores.
“La agricultura regenerativa es una integración de conceptos y prácticas para luchar contra el cambio climático y poner foco en la seguridad alimentaria. Es un desafío muy relevante que tiene la agricultura, y el resto de las industrias, a nivel global. En ese contexto, vemos la oportunidad de producir más, con menos y restaurar el ambiente”, afirmó el ingeniero agrónomo Federico Garat, líder en Relaciones con la Industria para la Ciencia de los Cultivos de Bayer en Cono Sur.
Cuidar el suelo y el agua
César Belloso, productor agropecuario, ex presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) consideró que en la Argentina se viene trabajando en ese camino que ahora se está intensificando.
Desde su establecimiento “La Oración”, en el norte bonaerense, destacó que allí trabajan con “un enfoque de sustentabilidad, con eje económico pero también ambiental y social, en un sistema de producción en siembra directa. Se trata de cuidar el suelo como origen de la producción agrícola”.
Otros objetivos de este tipo de agricultura, los objetivos son cuidar la eficiencia en el uso del agua y aumentar los rindes. Esto genera beneficios para la economía de los productores, por las mejoras de productividad y, a la par, mejoras en el ambiente y en lo social.
Sinergia con las bioenergías
En ese mismo sentido, dio testimonio Andrés Aguilar Benítez, productor agropecuario en establecimiento “Las Chilcas” en el norte cordobés, donde integran la producción agropecuaria con la elaboración de biogás y bioetanol en proyectos de triple impacto: sustentabilidad económica, ambiental y social.
“Estamos muy direccionados hacia las bioenergías, creemos que tienen mucha sintonía con la producción agropecuaria. La sinergía entre bioenergía, economía circular y producción sustentable es la manera en la que tenemos que trabajar en la Argentina, y en el mundo, para realizar acciones sobre el calentamiento global y sus daños”.
Con los pies sobre la tierra, expresó una mirada trascendente: “Buscamos dejar un mejor ambiente a las nuevas generaciones. La producción agropecuaria tiene una gran oportunidad si hacemos sinergia con las bioenergías”.
Tres pilares de la agricultura regenerativa
Los pilares con los que Bayer desarrolla esta renovada visión de la agricultura son tres:
-Innovación: hay varias líneas de trabajo, como por ejemplo los maíces de baja estatura, trigo híbrido, arroz en siembra directa y nuevos cultivos de cobertura, entre otros productos que van a entrar dentro de los sistemas productivos y renovarán el tipo de manejo de los cultivos.
-Digitalización: es fundamental para la toma de decisiones en base a datos y para aplicar los productos en cantidad necesaria y momentos oportunos.
-Sustentabilidad: integra todos esos procesos en un sistema. No se mira la foto o el resultado de un cultivo determinado sino como un ciclo productivo. Se busca que baje el volumen de insumos utilizado, cuidando la biodiversidad tanto del suelo como el ambiente general.
Los objetivos de producir y cuidar el ambiente pueden convivir y en Bayer lo plantean como una revolución. “Tenemos la visión de que la agricultura regenerativa es la agricultura del futuro, porque es una industria que puede reducir emisiones y secuestrar carbono de la atmósfera mientras optimiza la productividad”, destacó Garat.
Fuente: Clarín
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