La planificación de la próxima campaña gruesa ya está en la mente de los productores, sobre todo en el momento de analizar la mejor genética y su acompañamiento tecnológico para que la siembra sea exitosa. Pero también, la fertilización se torna un aspecto esencial en la búsqueda de aspirar altos potenciales de rendimientos que acentúe su rentabilidad.
Tanto el maíz como la soja, la papa y el maní, son los cultivos más importantes en los sistemas de producción de la región pampeana, por lo que un adecuado manejo en su nutrición es un pilar básico e indispensable para el logro de altos rendimientos. De acuerdo con esto, el nitrógeno, es sin lugar a duda el nutriente más importante para el crecimiento óptimo de estos cultivos en cada uno de los sistemas.
Se trata de un elemento esencial para la supervivencia de las plantas y clave para el desarrollo de los cultivos. El nitrógeno no solo es el componente principal de los ácidos nucleicos, sino también un elemento integral de las proteínas y compuestos bioactivos como la clorofila.
Es que el nitrógeno se encuentra en diferentes formas y la gran mayoría no está disponible para las plantas. "Más del 78% de la atmósfera terrestre está compuesta por nitrógeno, y en el suelo se encuentra comúnmente en forma de nitrógeno orgánico derivado de la descomposición de organismos vivos. Las plantas necesitan que ambas formas de nitrógeno se transformen para ser absorbidos", explicó el ingeniero agrónomo Rafael Olivella, product manager Biologicals, Southern Cone de Stoller .
Bajo ese escenario, existe una solución biológica que permite que las plantas aprovechen de manera eficiente este importante elemento y potencien su rendimiento de manera notable.
Gestión efectiva del nitrógeno
Stoller Argentina lanzó recientemente al mercado BlueN, una solución biológica que aborda los principales desafíos de la gestión efectiva del nitrógeno. El componente activo de BlueN es una cepa de Methylobacterium symbioticum cepa SB23 seleccionada para uso agrícola.
"Se trata de un producto biológico listado por el Instituto de Revisión de Materiales Orgánicos (OMRI) y está aprobado para su uso en producción orgánica certificada, procesamiento de alimentos y manipulación", contó Olivella.
Este novedoso fertilizante biológico de Stoller, permite que los tejidos vegetales puedan capturar N2 y lo conviertan en una fuente de suministro constante de nitrógeno. "El Methylobacterium symbioticum entra en la planta a través de los estomas de las hojas verdes y la coloniza rápidamente, para convertir el nitrógeno atmosférico en una forma disponible para la planta, el amonio", explicó el ingeniero.
Esto permite que BlueN entregue nitrógeno directamente a las partes de la planta en crecimiento activo, independizándose del momento de aplicación y de los efectos ambientales negativos. Y se puede aplicar en mezclas de tanque, sobre las hojas, permitiendo que estas sirvan como fuente de nitrógeno adicional a las fuentes absorbidas por el sistema radicular.
Cuánto y cuándo
Desde Stoller, afirman que BlueN está pensado para ser incorporado al manejo nutricional de maíz, aplicado en estadios de V4 a V8, con una dosis de 0,333 kilos por hectárea.
Por otro lado, en cultivo de soja la ventana de aplicación va desde V4-6 a R2-3 en dosis de 0,333 kilos por hectárea.
Para cultivos de maní, por su parte, el momento oportuno se encuentra en R2-3 con una dosis de 0,333 kilos por hectárea.
Por último, en cultivos de papa en la etapa de inicio de tuberización, se lo puede aplicar con una dosis de 0,333 kg/ha, con resultados importantes en rendimiento.
Fuente: Clarín
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