Entre una nube de polvo por el ingreso a los campos, con la chata blanca de Summit Agro, llega Leo a visitar a los productores con los que trabaja. Este porteño, que nació en los albores del ’90, algunos meses antes de que se juegue el memorable Mundial de Italia, es otro de los apasionados por el campo que forma parte de la familia AJU.
Leopoldo Márquez es ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional de Jujuy y como representante técnico de Summit Agro, va y viene brindando atención técnica de cada producto y haciendo las ventas de los insumos necesarios para que todo marche bien.
Esa energía para ir de acá para allá la tuvo siempre, como cuando de chico se la pasaba jugando en la calle y en la plaza con sus amiguitos. Tal vez por eso hoy, con 30 años, Leo deja su huella en los campos observando los cultivos, monitoreando plagas y enfermedades y realizando y evaluando ensayos. Ser preciso en el asesoramiento sin dudas marca la diferencia.
Entonces su pasión por el campo lo impulsa a charlar con las personas que va conociendo, nutriéndose de ellos e intercambiando opiniones y criterios técnicos para mejorar a cada paso. Y como todo viajero, la parte administrativa es lo que le aburre más. Por suerte tiene para apoyarse en sus distribuidores, como AJU, y en el equipo de Summit Agro que siempre le da una mano.
Los ratos que tiene cuando no va a los campos los pasa con amigos, yéndose a pescar o, como hace poquito, festejando un nuevo campeonato de Boca. Pero cada vez que el campo llama, la dedicación de Leo es total y vislumbra su futuro creciendo técnicamente en cultivos intensivos.
Viajando y levantando polvaredas con su chata blanca… como ahora.
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